Los problemas y lesiones en las rodillas ocurren al realizar deportes o actividades recreativas, tareas relacionadas con el trabajo o proyectos en el hogar. Los síntomas se presentan como consecuencia del desgaste cotidiano, del uso excesivo o de las lesiones.

La rodilla es la articulación más grande del cuerpo con movimientos unidereccionales que alcanzan un rango de movimiento desde 0º hasta 140º, tiene varios ligamentos que son las estructuras estabilizadoras por excelencia, estos deben tener una determinada fuerza con el fin de asegurar la estabilización y la movilidad adecuada en la articulación.

La inestabilidad de la rodilla está provocada por la debilidad congénita o adquirida de los ligamentos.

Las causas de la inestabilidad crónica pueden ser de diferente origen. Los más habituales que encontramos son:

Meniscectomía parcial o total. Son aquellos casos en los que hace años se realizó una cirugía de recorte del menisco y tras la reducción del amortiguador natural de la rodilla (el menisco) se produce una disminución del espacio articular lo que provoca una insuficiente tensión del ligamento colateral.

Artrosis. Cuando existe una degeneración articular o artrosis de rodilla, el espacio intrarticular disminuye por el desgaste del cartílago y los meniscos, provocando igualmente una insuficiente tensión del ligamento colateral.

Luxación o subluxación rotuliana. Cuando existe un episodio de luxación o subluxación rotuliana el ligamento que contiene la rótula centrada y estable se lesiona. Este ligamento es el ligamento femoro-patelar medial, en ocasiones queda elongado o roto parcialmente favoreciendo los nuevos episodios de luxación u subluxación.

Lesión o insuficiencia de los ligamentos cruzados. La cual se puede dar manera crónica por artrosis o lesiones repetitivas en la rodilla lo cual puede generar microinestabilidad en caso de ser insuficiente o macroinestabilidad en caso de ruptura.

Si presentas algún malestar, es necesario buscar atención médica de un especialista.

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