· ¿Cómo actúa el estrés en el cuello y la espalda?
· Un mecanismo de defensa
· Prevención y tratamiento
· Actividades de relajación
· Hacer ejercicio

El estrés es uno de los factores que aumenta el riesgo de padecer dolor de espalda, pero se pueden tomar medidas para evitarlo y controlarlo.

El estrés altera el estado de los nervios que controlan el funcionamiento de los músculos, facilitando su contractura. En esa situación, la contractura muscular puede aparecer ante esfuerzos musculares muy pequeños, o incluso espontáneamente, y desencadenar episodios dolorosos.

¿Cómo actúa el estrés en el cuello y la espalda?

La experiencia corporal de la emoción es casi instantánea. ¿ Sabías que tardamos solo unos segundos en experimentar una emoción negativa a nivel corporal?. Cuando nos estresamos, lo que ocurre es que tensamos de forma automática los músculos de la mandíbula, los que rodean los ojos y la boca, así como los músculos del cuello y la espalda. Estos músculos se tensan a la vez para preparar el cuerpo para reaccionar y luego se relajan cuando la situación estresante ha desaparecido.

Un mecanismo de defensa

Se trata de una reacción para protegernos. Y de hecho, no es mala, esta reacción es un mecanismo de defensa activado por nuestro insinto de supervivencia, el problema aparece cuando el estrés se convierte en algo permanente en nuestra vida.  En ese caso, los músculos nunca se relajan sino que se mantienen en un estado de tensión constante.

El estrés puede interferir en la coordinación de los distintos grupos musculares que participan en el funcionamiento de la espalda y el cuello facilitando contracturas musculares.

Prevención y tratamiento

Evidentemente, lo primero que se debe tratar es el propio estrés, resolviendo las situaciones que lo provocan cuando es posible, o aprendiendo a vivir con él de la forma más sana si no se puede eliminar. Para ello existen técnicas psicológicas eficaces. Cuando las situaciones estresantes son pasajeras se puede valorar el uso transitorio de algunos psicofármacos como los ansiolíticos bajo supervisión médica. Además es recomendable acudir al médico para revisar tus síntomas y obtener el diagnostico correcto.

Desde el punto de vista físico podemos tener algunos cambios en nuestra rutina que pueden ayudarnos con los dolores de espalda y cuello, por ejemplo: Debemos tener una correcta postura, manteniendo la espalda recta y apoyada sobre el respaldo de la silla y la planta de los pies totalmente apoyada en el suelo, cuando pasemos mucho tiempo sentados frente al ordenador. Si pasamos muchas horas de pie, lo correcto es adelantar un pie más que el otro y tratar de movernos cuando sea posible. 

Actividades de relajación

Debemos tener una correcta postura, manteniendo la espalda recta y apoyada sobre el respaldo de la silla y la planta de los pies totalmente apoyada en el suelo, cuando pasemos mucho tiempo sentados frente al ordenador. Si pasamos muchas horas de pie, lo correcto es adelantar un pie más que el otro y tratar de movernos cuando sea posible. 

Hacer ejercicio

Es fundamental hacer ejercicio para prevenir los dolores de espalda, ya que la musculatura estará más tonificada y soportará mejor las tensiones. Al notar una leve molestia en la espalda, solemos dejar de lado el ejercicio, cuando lo recomendable es estirar y trabajar esa zona, siempre y cuando, claro está, no tengamos alguna lesión que nos lo impida o el médico lo desaconseje.

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